

Julia Sanjurjo. Retrato. (ICM)
Lo primero que cualquier oyente inquieto agradece en el reciente disco de Julia Sanjurjo es la originalidad. El afán por salirse de ese molde tantas veces transitado, que repite hasta el hartazgo el cancionero americano que inmortalizaron las grandes voces de la historia jazzera. Nada de eso hay en Retrato.
Quien se acerque a este primer trabajo de la cantante marplatense como líder, va a encontrar otra propuesta. Más original, más abarcativa y singular. Aquí Sanjurjo asume riesgos que se agradecen, al tomar algunas poesías de escritores argentinos, a las que interviene y musicaliza, entregando una nueva mirada sobre un puñado de textos entrañables.
Desfilan por allí Torre de Arnaldo Calveyra, Hombre marino del añorado Rodolfo Fogwill, Noé de Aldo Oliva, Vísperas de Roberto Juarroz y La causa de las horas de Guillermo Saavedra; todo junto a Sonora, el único texto de Sanjurjo, que en nada desentona en tan creativa compañía. En cada uno de ellos la cantante despliega una entrega singular, plena de climas y matices, que la alejan de cierta seguridad confortable, para lanzarla de lleno a la conquista de nuevos territorios sonoros.
Acompañan a Sanjurjo en Retrato, Ernesto Jodos en piano y arreglos, Maxi Kirszner en contrabajo y Sergio Verdinelli en batería. También hizo su aporte Rodrigo Domínguez en saxos, para redondear un trabajo más que prometedor.

